miércoles, 8 de mayo de 2019

APRENDER NO ES SIEMPRE DIVERTIDO

Hola!! Hoy os traigo un post de un blog que se llama Teta-à-Porter que me ha llamado mucho la atención. El tema del que hablaremos es de acompañar la frustación del niño.

Hoy en día tenemos muchos tópicos acerca de la educación infantil, instalándose con fuerza, sobre todo, en el juego y que éste debe ser divertido. Esto en la vida cotidiana no sucede siempre.

Los niños, durante el proceso de descubrimiento, exploración, conocimiento, etc, pasan por muchos momentos de frustración. Este tipo de acciones son actividades que se sitúan entre el placer y la frustración, disgusto y hasta rabietas.

Romina Pérez, escritora de este post y pedagoga, dice que muchas veces confundimos que el niño se sienta bien consigo mismo y pueda hacer un desarrollo saludable con esperar a que se encuentre en un estado de felicidad o diversión. Por lo tanto, ¿por qué creemos que aprender siempre es divertido? Aprender requiere voluntad y esfuerzo e implica concentración, repetición, frustración, etc. Son estados normales por el que la persona pasa cada vez que explora, descubre o aprende. 
Con lo cual, no debemos evitar ese sufrimiento hacia un aprendizaje. Como docentes, debemos apoyar a los niños, darles las herramientas y el acompañamiento necesario para que aprenda a gestionar esos estados de tal manera que no minen sus ganas de seguir aprendiendo.

Os propongo a pensar en una cuestión: ¿Qué deberíamos hacer los docentes en relación con este tema?

La respuesta es simple. Debemos confiar y darles el tiempo necesario para que resuelvan ese problema por sí mismos.

No es un trabajo fácil, pero puede ser una manera de que aprendan a gestionar los distintos estados.

Si queréis más información podéis meteros en el link de debajo:



TANIA MARTÍN

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